Clara

Clara Peeters. Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre, 1611

Museo Nacional del Prado, Madrid

Tenemos pocos datos sobre la vida de Clara Peeters, una de las pocas pintoras representadas en el Museo del Prado. Sabemos que se especializó en los bodegones, que trabajó en Amberes y que entre 1611 y 1612 vivió su auge creativo. 

 

Sus pinturas son un alarde de su habilidad preciosista para representar alimentos, copas, platos o animales. Pero no se queda ahí, da un paso más e introduce su propia imagen entre los objetos. Solo con un buen cristal de aumento seremos capaces de ver su rostro reflejado en los brillantes metales de algunas de sus obras. Retratos apenas perceptibles y escondidos que se alejan de los descarados autorretratos de otros de sus colegas contemporáneos (cargados de ego y testosterona).

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Cristal de aumento