Diego de Velázquez. Sibila con tábula rasa, 1648
Museo Meadows, Dallas
Desde la baja Edad Media se conserva en la isla de Mallorca una tradición musical que fue declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que conecta el pasado y el presente con la mitología y la religión cristiana: el canto de la sibila.
Se interpreta la noche del 24 de diciembre en todas las iglesias de la isla durante la Misa del Gallo. Es un canto de origen gregoriano que entona generalmente una mujer acompañada de dos acólitos (niños o niñas). Se interpreta a capella con un toque de órgano entre dos versículos y la cantante sostiene una espada que mantiene erguida delante del rostro mientras lo interpreta.
Las sibilas eran personajes mitológicos proféticos, capaces de adivinar el futuro y predecir el fin del mundo. El cristianismo adapta esta figura a su propia liturgia y el canto que se interpreta en las iglesias simboliza la profecía del juicio final.
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