Gesto

Por mucho que los miremos y tratemos de entenderlos, los cuadros de Vermeer siempre tienen un punto misterioso que nos dejan con la incómoda sensación de que esconden algo que no hemos sido capaces de ver. 

Los protagonistas de esta pintura están al fondo de la habitación, alejados del espectador por una mesa, una silla y un contrabajo, lo que les hace psicológicamente inaccesibles. Además, la mujer está de espaldas y aunque podamos ver su rostro reflejado en el espejo, no nos queda clara su expresión. En el virginal que está tocando, aparece esta inscripción: “La música es compañía en el placer y bálsamo en el dolor”. 

Mirad con atención el reflejo…….acercaos. ¿Hacia donde mira ella? ¿Está atenta a las teclas del instrumento o cruza su mirada con el profesor? Aquí está la clave de la pintura. Existe una clara referencia al amor y al placer en la pareja, aunque la historia, que no está del todo clara, la tenemos que reconstruir y rematar en nuestra imaginación.