Stanley Donen. Fotograma de Funny Face, 1957
El Museion, ese antiguo templo consagrado a las Musas en la Grecia clásica, se erige como un precursor mítico de los modernos museos. En su esencia, no solo albergaba arte y conocimiento, sino que también encarnaba la inspiración divina que fluía a través de las artes y las ciencias.
Este lugar sagrado no solo era un depósito de tesoros culturales, sino también un santuario donde se tejían las historias y se celebraba la creatividad humana.
¿Siguen recorriendo las musas griegas los pasillos de los museos? ¿Persiste la veneración por el conocimiento y la belleza? ¿Los museos contemporáneos son los herederos espirituales de este antiguo templo?
El museo de hoy no solo es un contenedor y refugio del pasado, sino también un moderno santuario para el ser humano, donde la inspiración y el conocimiento se entrelazan en un feliz encuentro. Dejemos a las musas tranquilas, que no nos han hecho nada.
