21/03 Día mundial de la Poesía
Giorgio de Chirico. Las musas inquietantes, 1916.
Colección Gianni Mattioli , Milán
Giorgio de Chirico. Las musas inquietantes, 1916.
Colección Gianni Mattioli , Milán
«El título lo tomé prestado de un cuadro de Giorgio de Chirico: Le muse inquietanti. A lo largo de todo el poema, tengo en mente las enigmáticas figuras de esa obra: tres terribles maniquíes sin rostro, vestidas con túnicas clásicas, una sentada y las otras dos de pie [en sendos pedestales], bañadas por una luz clara, misteriosa que proyecta esas sombras largas, duras, tan características del período inicial del pintor italiano. Las maniquíes son como una versión contemporánea de otros siniestros tríos de mujeres, como las Tres Parcas, las brujas de Macbeth o las hermanas de la locura de Thomas de Quincey»
Sylvia Plath
Madre, ¿a qué antipática, grosera
o rara tía o prima te olvidaste
invitar a mi bautizo, de modo
que enviara a estas damas en vez suya
con cabezas cual huevos, que asintieron
y asintieron al fondo y a la izquierda
y a la cabezera de mi cuna?
Madre, que me inventabas historietas
del oso Patasnegras, oso heroíco,
oh Madre, cuyas brujas siempre, siempre
acaban en pasteles de jengibre,
¿quién llamó a estas damas?
¿Las expulsaste de mi lado
cuando, de noche y a mi cabecera,
asentían sin voz sus testas calvas?
Cuando en el viento las doce ventanas
crujían del despacho de mi padre
como burbujas que revientan, tú
nos dabas a mi hermano y a mí pastas
y nos llevabas luego al coro “Thor
está enfadado ¡pum pum pum!, Thor
está enfadado, ¡pues nos da lo mismo!”
Pero esas damas rompían los cristales.
Fragmento de Las musas inquietantes, Sylvia Plath